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Sumergidos en el día a día que transcurre rápidamente, nos dejamos llevar. En esa inercia no suele estar incluida una actividad importante, la de escuchar los mensajes que nos envía nuestro cuerpo. Además, si clasificamos a estas señales por su grado de importancia, entonces encontrarías más arriba aquellas señales que nos indican que necesitamos descansar.
“Yo puedo con eso y más”, nos decimos. Nos sentimos en la obligación de seguir adelante, por amor, por responsabilidad. Porque así nos sentimos mejor, porque es lo que tenemos que hacer. Y ¿quién lo dice? Porque si los demás lo hacen es lo que tenemos que hacer todos.
Pero, si no paramos “nuestra máquina” por las buenas, es probable que, más pronto que tarde, la máquina pare por sí misma. Parar a tiempo no es un signo de debilidad, sino una muestra de cordura y amor hacia ti, hacia los que dependen de ti y hacia los que te importan.
¿Cómo saber cuál es el momento de parar? ¿Qué señales nos envía nuestro cuerpo para indicarnos que necesit
amos descansar?
¿Cuáles son esas señales?
Cuando necesitamos descansar, el cuerpo lo hace saber de diferentes formas. No escuchar estas señales no solo no va a acabar con el problema, sino que lo suele agravar más. Estas señales son signos de estrés, de cansancio, de desánimo, de desilusión que deben ser atendidas.
Si juegas al “hasta que el cuerpo aguante” y no te retiras a tiempo perderás la partida, de una forma u otra.
Si has notado alguno de los siguientes signos, atención! es hora de que empieces a pensar en tomarte un descanso, y aprovechar revisar tu rutina, tus prioridades y tus necesidades reales. Cuanto más identifiques en ti las siguientes señales, es necesario será que hagas una pausa.
1 – Te sientes cansada, más cansada de lo habitual
Estar cansada debido a un esfuerzo físico o mental prolongado y/o intenso es normal. Lo que no es normal es arrastrar ese cansancio día tras día, durante toda la jornada, desde que empieza la semana hasta que se termina, desde que te levantas hasta que te acuestas.
2 – No puedes aguantar el día sin estimulantes
Ya sea cafeína, alcohol, tabaco, azúcar o cualquier tipo de droga, engañar al cuerpo con estimulantes solo ofrece una solución temporal. De hecho, con el tiempo, hay muchas posibilidades de que empeores. Es por eso que cada vez necesitamos una más de estos estimulantes para conseguir el mismo efecto.
3 – Te cuesta mucho mantener la concentración
Por cansancio u otra cosa, una señal de que es necesario parar un poco es no poder mantener el foco de atención en lo que estas. El ensoñamiento, la multitarea o la tendencia a postergar las actividades, pueden ser una señal que nos alerte de que estamos con muy pocas reservas de energía.
4 – Cada vez trabajas más tiempo
Trabajar más tiempo no significa hacer más. Pero cuando empezamos a reducir la productividad debido al cansancio y la dificultad para enfocarnos, de alguna manera sentimos que tenemos que ocupar más horas para compensar esa bajada de rendimiento. Lo malo es que muchas veces ese hacer más se convierte en un estar o en un hacer por hacer, sin que esto lleve a ninguna parte más que al aumento del cansancio.
5 – Siempre piensas en el trabajo
Es curioso que, cuando necesitas una pausa, a pesar del cansancio y del sobreesfuerzo, en realidad no puedes pensar en otra cosa. Incluso cuando puedes descansar, te sientes culpable y, aunque no tengas que ir a trabajar, de algún modo sigues haciéndolo, solo porque estás pensando en ello.
6 – Continuamente estás de mal humor
El cansancio suele ponernos de mal humor. Pero cuando el cansancio es extremo y el cuerpo necesita de verdad detenerse, ese mal humor es continuo. Si además de estar malhumorado todo el día, tiendes a estar más violenta o irascible , es señal de que necesitas parar.
7 – Tienes problemas para recordar la información
El cansancio y el estrés pueden provocar problemas para recordar información simple. Si ves que con frecuencia olvidamos cosas sencillas, como dónde dejaste las llaves o se te pasó agregar un ingrediente básico a la comida, confundes cosas corrientes o cambias las cosas de lugar, probablemente necesitas descansar.
8 – Tu salud podría verse deteriorada
La fatiga continua y el estrés afectan al sistema inmunológico, por lo que podría tu salud verse afectada, te vuelves más sensible a resfriados y cosas simples. También puedes experimentar una subida o bajada de peso o tener dolores de cabeza o migrañas frecuentes, o incluso tener un aumento del pulso en reposo, lo cual implica un aumento en el riesgo de sufrir enfermedades al corazón.
9 – Cada vez cometes más errores
Todo el mundo comete errores, no hay nada de malo en ello. Pero cuando estos errores se cometen con frecuencia, más aún si se trata de errores comunes, es momento de empezar a preocuparse. Porque lo que ahora es un error tonto sin demasiada importancia puede que en algún momento se convierta en algo muy serio.
Parar para descansar, pero también para pensar
Cuando hablamos de tomarnos una pausa, normalmente es porque necesitamos descansar física y mentalmente. Es necesario soltar y airear la mente, liberar el estrés y permitir al cuerpo reponerse. Pero también estamos hablando de parar para pensar, para replantear la situación y analizar qué estamos haciendo, qué nos está pasando.
Ese día a día en la que nos vemos envueltos no siempre nos deja pensar con claridad. Es más fácil dejarse llevar, seguir sumergidos en esa burbuja que ya hemos creado. Sin embargo, este avanzar a la larga tiene un precio, en el que normalmente estará incluida una pausa mayor y obligada por enfermedad. ¿Valdrá la pena?
Para, descansa y piensa qué quieres hacer, por qué estás haciendo lo que estás haciendo y si eso te lleva hacia lo que quieres alcanzar.
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