Hablamos de lo duro que ha sido ese último año, si YA CUMPLIMOS UN AÑO, ¿quién lo diría?, pero Bueh! Acá vamos otra vez.
Con la reciente cuarentena total impuesta en toda la región metropolitana y varias comunas en todo Chile, sale a flote todo lo negativo, el estrés, las situaciones complejas que vivimos en marzo pasado cuando comenzamos con el teletrabajo, clases on line, nula red de apoyo (La Mamá, el papá, esa amiga que nos hace de baby sitter, jardines infantiles, home schooling, nana, entre otros) Nada, sola tú, para sacar adelante la enorme máquina que significa el hogar y la familia, porque aunque muchos comentan que, “esto es compartido”, “viva la corresponsabilidad y el trabajo en equipo”, en la práctica y la mayoría de las veces quienes se llevan toda este peso somos nosotras, las mujeres (sin generalizar, obvio que hay casos en los que no). Solo que en la mayoría de los casos y estudios de comportamiento en pandemia dejan entrever cuánta responsabilidad llevamos en nuestros hombros. También queda en evidencia con la disminución de participación laboral femenina en Chile y el mundo, Según cifras entregadas por Comunidad Mujer en septiembre del 2020, del millón 837 mil personas que habían perdido su trabajo, 899.000 eran mujeres, representando el 48,9% del total. Pero más que eso, la cifra que realmente impacta es que el 88% de las mujeres que perdieron su empleo salieron de la fuerza laboral y no estaban optando por buscar trabajo. Tranquilos amigos, con esto no quiero decir que ustedes se las “llevan peladas” (En buen chileno), esto ha significado enormes esfuerzos de todos los miembros de la familia, solo que históricamente hemos sido las mujeres que nos encargamos de la limpieza de la casa, el cuidado de los hijos, el cuidado de nuestros padres o un hermano enfermo, la cocina, las compras etc. Entonces no es sorpresa ver cómo hoy estamos tremendamente desgastadas corriendo con la mayoría de los temas “domésticos” y además debiendo cumplir en nuestros trabajos al 100%.
Esto debe cambiar, tenemos que ser la generación que abra las puertas a la corresponsabilidad, a la imperfección, a permitir el error, que nuestros hijos entiendan y vean a la mamá cansada, a una mamá que no puede hacerlas todas, y si las hace... ¡Bakan! por que es un trabajo conjunto en familia, en donde todos aportamos. Es hora de que nuestros niños y niñas abran los ojos, entiendan que estamos en situación compleja y cada avance que tienen, cada logro en sus clases on line es mil veces más valorado que en épocas normales. Que cada dificultad, pasará y cada error se corrige.
Es tiempo de entender que extrañar esta bien, pero cuidarse aún más, de valorar lo lindo de cada día, sea cual sea la historia de vida, y querer salir siempre de “esas feas con las que bailamos a veces”, acá rescato algo positivo del paso de esta pandemia, nos enseñó a valorar muchísimo más la vida de lo que regularmente hacíamos y de paso dejó respirar nuestro planeta un poquito de tanto que lo estrujamos.
Esta pandemia nos quita el aire, pero tratemos que no quite nuestros sueños y nuestra energía. Por ti, por ellos, por los que tu quieres.
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